El ciclo del agua es fundamental para el mantenimiento de la vida en la Tierra y para el sustento de todos los ecosistemas terrestres. También determina la variación climática e interfiere en el nivel de los ríos, lagos, mares y océanos.
Nuestras acciones provocan cambios climáticos y contaminación en la biósfera, y ponen en riesgo la distribución del agua y la vida en el planeta.